El libro que nos hemos leído este
tercer trimestre, es el de Las Lágrimas de Shiva. Su autor es César Mallorquí e
ilustrado por Paco Giménez.
En la portada del libro,
predomina el color rojo. Tiene una foto de una parte de la Luna y a simple
vista, parece un libro de misterio. Cuando lo leo, me hace pensar en algo
viejo, en polvo... porque la casa de su familia donde va Javier en verano, es
una casa vieja y grande. También me hace recordar a como era todo hace mucho
tiempo, diferente.
En el libro en sí tiene una
textura fina, sobre todo la portada. Las hojas tienen un tacto más rugoso. Si
me imaginara que el libro fuese un objeto, continuaría siendo un libro pero más
viejo, roto y lleno de polvo.
El libro huele a nuevo,
pero a la vez, como si las páginas estuvieran gastadas. Si estuviera olfateando
el contenido del libro, sería como algún sitio cerrado, con poca ventilación.
Pero también me haría pensar en la playa, en el olor a agua salada.
Si cierro los ojos y pienso en el
libro, escucharía la lluvia caer, porque en la novela llueve bastante. Igual
que en el sentido del olfato, pensaría en las olas de la playa, ya que en la
historia los personajes van a menudo. Una de las cosas en que sí que me he imaginado
a lo largo de la novela ha sido la voz de Azucena, ya que era un personaje que
nunca hablaba. Así que seguramente escucharía su voz.
Si en el libro se pudiera comer,
no creo que tuviera algún gusto agradable, al contrario, creo que sería amargo,
gusto a polvo quizás. Pero como es en verano, también pienso en helados u otras
cosas.
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